Cuando era niña uno de los cuentos que mas me gustaba era "Aída y las Flores"
Me deleitaba imaginando como Aída observaba , feliz y escondida a las flores que, en noche de luna llena bailaban haciendo rondas , ahí estaban la rosa, el clavel, el cartucho, la siempreviva y muchas mas...
Este lindo cuento me ayudó a comprender que la vida alegre, amable, misteriosa, se manifiesta en las flores y demás plantas que forman parte de nuestro entorno natural.
Cuando atravesamos momentos difíciles, por muchos motivos ó por la forma de vida que llevamos y que en la mayoría de las veces nos ocasiona alguna enfermedad física, mental, emocional ó espiritual; es bueno recordar que un aspecto muy favorable que nos ayudará a recobrar la salud, el equilibrio, el buen humor y la buena voluntad se encuentra en la naturaleza , en las plantas.
Cuando vamos al campo y nos confundimos con la naturaleza recibimos la energía que emana de ella , esta energía nos ayuda a restablecer y armonizar nuestro cuerpo energético y mas aún si estamos enfermos.
Todo lo que existe en la naturaleza es bueno, y es como un himno de alabanza al Creador, entonces cuando en silencio nos sumergimos en esa realidad nos convertimos en parte de ese himno y somos alabanza y manifestación de agradecimiento.
Al ser alabanza lo que está mal en nosotros es corregido, limpiado, sanado, entonces nuestro cuerpo,mente y espíritu mejora.
Es muy importante que cuando estés en medio de la naturaleza en silencio tu mente y corazón estén receptivos , conscientes de que la energía que recibes está trabajando para tu bien.
Y así como Aída - la chica del cuento - serás feliz de haber descubierto un gran secreto para tu bien-estar.
Tere Ortiz